A pesar de que el juego es imprescindible para el desarrollo de los niños, el 90 por ciento de los padres y el 81% de las madres dedican poco tiempo a jugar con sus hijos, según un reciente estudio.
“Jugar es sencillo y sólo exige 5, 10 o 15 minutos al día para conseguir los beneficios que aportan el juego y los juguetes en los niños”
Los 10 principios fundamentales del juego familiar
1. Jugar con los hijos no significa perder el tiempo.
El juego familiar constituye un escenario de comprensión y comunicación ideal que potencia el aprendizaje espontáneo en los niños.
2. Fomenta la autoestima y las relaciones interfamiliares.
El juego familiar representa un contexto único para la interacción entre padres e hijos, que promueve el aprendizaje y la autoestima tanto en los padres como en los hijos.
3. Jugar con los padres infunde seguridad al niño.
La vivencia de apegos afectivos positivos y seguros con los padres que potencia el juego familiar facilita el intercambio de experiencias y aporta tranquilidad y confianza a los niños.
4. Promueve las habilidades socioemocionales.
La familia es el contexto de desarrollo y realización personal idóneo para que el niño desarrolle una imagen de sí mismo y del mundo que le envuelve. Las interacciones que se dan en el juego familiar potencian las relaciones sociales (afecto, comprensión y adquisición de reglas sociales y lingüísticas) y crean oportunidades para explorar, aprender y refinar habilidades sociales.
5. Permite más autocontrol emocional.
El juego compartido pone en práctica las emociones de los niños. A través de estos intercambios los niños aprenden a influir en los otros, a regular sus emociones, a tener más control emocional y a reconocer las señales afectivas y emociones ajenas.
6. Fomenta la creatividad infantil y el éxito escolar
El juego familiar estimula la imaginación de los niños ya que el ambiente que establecen las interacciones padres-hijos favorecen la experiencia vital del niño y permiten relacionarse creativamente en su relación con el mundo real lo que, posteriormente, le permitirá acceder a la vida cultural. Además, los niños con más imaginación son menos agresivos, más tolerantes y tienen mayor éxito en las tareas escolares.
7. Promueve la popularidad y la competencia social.
Los niños que muestran afectos positivos en las interacciones con sus padres son valorados como más populares frente a los que muestran emociones negativas.
8. Favorece la atención del niño.
El juego interactivo padres-hijos promueve la capacidad de concentración y atención entre los pequeños.
9. Potencia la actividad infantil
Compartir tiempo de juego con los hijos permite pasar de la pasividad a la actividad. El juego familiar convierte las experiencias sociales pasivas en situaciones activas y placenteras y elimina los sentimientos negativos asociados.
10. Promueve la felicidad.
Los padres que más se implican en el juego de sus hijos tienen muchas más probabilidades de criar un hijo feliz.